Bienvenidos a mi pagina sobre la anorexia en ella encontramos que es la anorexia, sus sintomas tratamientos para conocer mas sobre esta enfermedad que esta afectando mucho a los jovenes hoy en dia.
LA ANOREXIA NERVIOSA
La anorexia nerviosa es, junto con
la bulimia, un conjunto de trastornos de la conducta alimentaria y uno de los principales desórdenes
alimenticios, también llamados trastornos
psicogénicos de la alimentación (TPA).
Lo que distingue a la anorexia nerviosa es el rechazo de la comida por parte
del enfermo y el miedo obsesivo a
engordar, que puede conducirle a un estado de inanición. Es decir, una situación de gran debilidad ocasionada
por una ingesta insuficiente de nutrientes esenciales. En casos graves puede
desarrollar desnutrición, hambre, amenorrea y extenuación.
Sus
orígenes nosológicos son muy antiguos, se conocen casos descritos desde
el período
helenístico, relacionados con el ayuno religioso.
Participan en su evolución las funciones psicológicas, los trastornos neuroendocrinos, hormonales y metabólicos. Los posibles tratamientos están todavía en estudio, los tratamientos farmacológicos actuales pueden dar solo un modesto beneficio al
paciente.
La
anorexia nerviosa es un trastorno, y no debe confundirse con el síntoma también llamado anorexia. El término anorexia proviene
del griego a /an negación órexis apetito
hambre deseo, y se emplea, en general, para describir la inapetencia o falta de apetito; este síntoma puede ocurrir en circunstancias muy
diversas, tales como estados febriles, enfermedades generales y digestivas o
simplemente en situaciones transitorias de la vida cotidiana. La anorexia por
lo tanto es un síntoma que puede aparecer en muchas enfermedades y no una
enfermedad en sí misma.
Por
el contrario, la anorexia nerviosa no
es un síntoma, sino un trastorno específico caracterizado por una pérdida auto
inducida de peso, acompañada por una distorsión de la imagen corporal, cuya presencia es indicativa de un estado patológico
diferente del individuo, y puede tener consecuencias muy graves para la salud
de quien la padece
Las
personas afectadas pueden perder desde un 15 a un 50 por ciento, en los casos
más críticos, de su peso corporal. En España hay unos 250.000 casos de anorexia
diagnosticados. Esta enfermedad suele asociarse con alteraciones psicológicas
graves que provocan cambios de comportamiento, de la conducta emocional y
una estigmatización del cuerpo.
Todo esto tiene consecuencias graves en la relación del enfermo con su entorno.
Es
importante distinguir la anorexia de otros trastornos alimentarios muy
frecuentes aunque más leves. El 80 por ciento de los jóvenes pasan por etapas
en las que empeora su relación con los alimentos y los evitan, lo que no indica
en ningún momento que estén desarrollando la enfermedad.
La edad de inicio de la anorexia se
sitúa en la primera adolescencia,
en torno a los 12 años, si bien la población más afectada se encuentra entre
los 14 y 18. Es más frecuente en las clases sociales media y media-alta.
En un 95
por ciento de los casos la anorexia afecta a mujeres jóvenes, aunque en los
últimos años se ha producido un aumento
en hombres, en mujeres adultas y en niños. Los hombres tienen más
posibilidades de ocultar el trastorno ya que no están sometidos a un juicio
social tan fuerte. Esto favorece que el tratamiento sea más difícil, pues la
enfermedad se diagnostica cuando ya se encuentra en un estado muy avanzado.
Existen
colectivos más propensos a sufrir estos trastornos, es el caso de las
gimnastas, las bailarinas o las modelos. En la anorexia nerviosa se pueden
distinguir dos subtipos:
Subtipo restrictivo: La reducción de peso se consigue mediante dietas o
ejercicio físico intenso y el enfermo no recurre a sobre ingestas, atracones o
purgas.
Subtipo bulímico: El enfermo recurre a las purgas aunque haya ingerido
una pequeña cantidad de alimento.
Causas
Causas
Su causa es desconocida, pero los factores sociales parecen importantes. Aunque hay muchos
factores socioculturales que pueden desencadenar la anorexia, es probable que
una parte de la población tenga una mayor predisposición física a sufrir este
trastorno, independientemente de la presión que pueda ejercer el entorno. Por
ello existen de factores generales que se asocian a un
factor desencadenante o cierta vulnerabilidad biológica, que es lo que
precipita el desarrollo de la enfermedad.
·
La propia obesidad del enfermo.
·
Obesidad materna.
·
Muerte o enfermedad de un ser
querido.
·
Separación de los padres.
·
Alejamiento del hogar.
·
Fracasos escolares.
·
Accidentes.
·
Sucesos traumáticos.
Síntomas
Esta
patología se caracteriza por una pérdida
significativa de peso provocada
por el enfermo y por
una percepción errónea del propio
cuerpo. En consecuencia, los problemas endocrinos se hacen evidentes en un espacio de tiempo relativamente corto. Los principales síntomas que determinan la aparición de la
enfermedad son los siguientes:
·
Rechazo a mantener el peso
corporal por encima del mínimo adecuado para la edad y talla del enfermo.
·
Miedo al aumento de peso o a
la obesidad incluso cuando el peso se encuentra por debajo de lo recomendable.
·
Percepción distorsionada del
cuerpo, su peso y proporciones.
·
Ausencia de tres ciclos
menstruales consecutivos en las mujeres (amenorrea).
Los
anoréxicos pueden experimentar una serie de síntomas muy variados: estreñimiento, amenorrea, dolor abdominal, vómitos, etcétera.
Pero es la familia la que detecta los
síntomas que dan la voz de alarma:
·
Preocupación excesiva por la
composición calórica de los alimentos y por la preparación de los alimentos.
·
Constante sensación de frío.
·
Reducción progresiva de los
alimentos.
·
Obsesión por la imagen, la
báscula, los estudios y el deporte.
·
Utilización de trampas para
evitar la comida.
·
Hiperactividad.
A estos
síntomas se le suman otros rasgos típicos como la irritabilidad, la depresión y los trastornos emocionales o de la
personalidad. Asimismo, se manifiesta una alteración de la sensación de
saciedad y plenitud antes de las comidas, náuseas, hinchazón, o incluso
ausencia de sensaciones. En esta patología también se observan numerosos
trastornos cognitivos que se centran en los alimentos, el peso corporal y el
aspecto físico:
·
Abstracciones selectivas.
·
Uso selectivo de la
información.
·
Generalizaciones.
·
Supersticiones.
·
Se magnifica el lado negativo
de cualquier situación.
·
Pensamiento dicotómico.
·
Ideas autorreferenciales.
·
Inferencia arbitraria.
En cuanto
a las consecuencias clínicas,
los síntomas son los siguientes:
·
Las pulsaciones cardiacas se
reducen.
·
Se producen arritmias que pueden derivar en un paro cardiaco.
·
Desaparece la menstruación en
las mujeres (amenorrea).
·
Disminuye la masa ósea y, en
los casos muy tempranos, se frena la velocidad de crecimiento.
·
Disminución de la motilidad
intestinal.
·
Anemia.
·
Aparece un vello fino y largo,
llamado lanudo, en la espalda, los antebrazos, los muslos, el cuello y las
mejillas.
·
Estreñimiento crónico.
·
La disminución del gasto
energético produce una sensación constante de frío.
·
La piel se deshidrata, se seca
y se agrieta.
·
Coloración amarillenta en las
palmas de las manos y las plantas de los pies por la acumulación de carotenos
en las glándulas sebáceas.
·
Las uñas se quiebran.
·
Pérdida de cabello.
·
Problemas con los dientes y
edemas periféricos. Hinchazones y dolores abdominales.
Prevención
Al
tratarse de un trastorno que suele iniciarse en la adolescencia, la observación
por parte de la familia es crucial para detectar en los menores hábitos que
supongan una señal de alerta. Estos son algunos factores de riesgo:
·
Malos
hábitos de comidas: muchos adolescentes comen
solos mientras ven la tele o se comunican con sus amigos vía whatsapp. La falta
de horarios fijos y de supervisión por parte de los padres acerca de lo que
comen incrementan la probabilidad de desarrollar un trastorno de la
alimentación.
·
Mala
comunicación con los padres: conocer
las preocupaciones de los hijos, sus gustos y su círculo de amigos puede ayudar
a prevenir este tipo de desorden o a detectarlo en una fase inicial.
Tipos
En la
anorexia nerviosa se pueden distinguir dos subtipos:
·
Subtipo
restrictivo: la reducción de peso se
consigue mediante dietas o ejercicio físico intenso y el enfermo no recurre a
sobre ingestas, atracones o purgas.
·
Subtipo
bulímico: El enfermo recurre a las
purgas aunque haya ingerido una pequeña cantidad de alimento.
Diagnóstico
La
anorexia nerviosa se diagnostica, generalmente, basándose en una intensa
pérdida de peso y los síntomas psicológicos característicos. La anoréxica
típica es una adolescente que ha perdido al menos un 15 por
ciento de su peso corporal, teme la obesidad, ha dejado de menstruar,
niega estar enferma y parece sana
Tratamientos
Los
objetivos globales del tratamiento son la corrección de la malnutrición y los trastornos psíquicos del paciente.
En primer lugar se intenta conseguir un rápido aumento de peso y la recuperación de los hábitos alimenticios, ya que pueden implicar un mayor riesgo de
muerte. Pero una recuperación total del peso corporal no es sinónimo de
curación. La anorexia es una enfermedad psiquiátrica y debe tratarse como tal.
El tratamiento debe basarse en tres aspectos:
·
Detección precoz de la
enfermedad: conocimiento de los síntomas por parte de los médicos de atención
primaria y de los protocolos que fijan los criterios que el médico debe
observar.
·
Coordinación entre los
servicios sanitarios implicados: psiquiatría, endocrinología y pediatría.
·
Seguimiento ambulatorio una
vez que el paciente ha sido dado de alta, con visitas regulares. Las
hospitalizaciones suelen ser prolongadas, lo que supone una desconexión del
entorno que puede perjudicar el desarrollo normal del adolescente. Por ello son
aconsejables, siempre que se pueda, los tratamientos ambulatorios.
El
ingreso en un centro médico es necesario cuando:
·
La desnutrición es muy grave y
hay alteraciones en los signos vitales.
·
Cuando las relaciones
familiares son insostenibles y es mejor aislar al paciente.
·
Cuando se agravan los
desórdenes psíquicos.
El
tratamiento ambulatorio es eficaz cuando:
·
Se detecta de manera precoz.
·
No hay episodios de bulimia ni vómitos y existe un compromiso familiar de
cooperación.
De esta
manera se inicia el tratamiento con la realimentación, que en ocasiones puede
provocar molestias digestivas, ya que el cuerpo no está acostumbrado a ingerir
alimentos. Con el tiempo se restablece la situación biológica y vuelve la
menstruación. Después comienza el tratamiento
psicológico, que intenta reestructurar las ideas racionales, eliminar la
percepción errónea del cuerpo, mejorar
la autoestima, y desarrollar las habilidades sociales y comunicativas
entre el enfermo y su entorno. La familia debe tomar parte de manera activa en
el tratamiento porque en ocasiones el factor desencadenante de la enfermedad se
encuentra en su seno y, además, la recuperación se prolonga inevitablemente en
el hogar.
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